martes, 14 de octubre de 2014

La otra historia de Tom y Jerry


CAPÍTULO 2

Todo el elenco de artistas que formaba el circo “De monstres de papier” esperaba con impaciencia el nacimiento del hijo de Martha, la mujer de tres ojos. Todos se arremolinaron alrededor de la joven madre para protegerla del frío y ayudarla en el parto. Nadie le había preguntado nunca a Martha quién era el padre y ella nunca había hablado de ello. Durante los nueve meses de embarazo, se había comportado muy profesionalmente y jamás se había quejado o dejado de trabajar. Hasta la última función del día, ella había estado sobre el escenario mostrando sus tres ojos y representando su pequeño teatrillo con Aleksei, el hombre sin nariz.

Fue justo a medianoche cuando Martha se puso de parto. La gran mayoría de los actores, aún permanecían en el comedor terminando su plato de arroz hervido y bebiendo vino. Rápidamente, Goliat arrastró con su brazo todo lo que había sobre la mesa y lo dejó caer al suelo. Agarró a Martha y la tumbó. No era la primera vez que alguien se ponía de parto en el circo y todos tenían bastante claro su papel en aquel espectáculo.
 
Jerry no tardó en llegar al mundo. Un fuerte llanto llenó de alegría a todos los allí presentes. Además, el niño venía con un pan debajo del brazo o, mejor dicho, con una oreja en la frente. El recién nacido tenía tres orejas y aquello aseguraba su futuro profesional dentro de “Des monstres de papier”. Pero el parto no terminó ahí. Martha seguía gritando de dolor. Juana La Enana fue la primera en percatarse de que la función no había terminado y que aún quedaba por nacer otro ser. En apenas unos segundos, nació el segundo hijo de Martha. En este caso, una niña preciosa y perfecta. 
 
Todos quedaron inmóviles al descubrir la belleza de aquella niña. Su hermosura resaltaba aún con más fuerza en un lugar donde la suciedad y la fealdad encontraban un espacio perfecto para habitar sin llamar la atención.

Aleksei fue el único capaz de acercarse a ella y cogerla en brazos. La niña, al contrario que su hermano, no derramó una lágrima. Sus grandes ojos azules miraban detenidamente a los horribles espectadores allí congregados. Los observaba con detenimiento, como si estuviese mirando dentro del alma de cada uno de ellos. Más de uno sintió un escalofrío y, alguno, incluso miedo. 
 
La madre, Martha, no quiso ni tocarla. Gritó con todas sus fuerzas cuando Aleksei intentó poner al bebé sobre su regazo. Lo insultó y pataleó con rabia y desprecio. Aquella niña tan perfecta no podía haber salido de sus entrañas. 
 
Aleksei la llevó consigo a su caravana bajo la atenta mirada de una troupe de monstruos. En la soledad de su hogar y bajo la luz del candil, le puso por nombre Rose Mary.

1 comentario:

  1. Me encanta como fue la llegada de Jerry al mundo. Estoy seguro, y esto son conjeturas mías, que Rose Mary y Tom se van a llevar muy bien.

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